Arranque desde el CD-ROM
En primer lugar hemos de asegurarnos que nuestro equipo está preparado para arrancar desde la unidad de CD-ROM. En la actualidad esta característica es común a todos los equipos informáticos, únicamente tendremos que preocuparnos de configurar la BIOS para activar esta opción, en caso de que no esté activada. La gran mayoría de equipos modernos permiten además seleccionar el dispositivo de arranque sin necesidad de hacer modificaciones en la BIOS.
Si al introducir el disco de Ubuntu e iniciar el sistema éste no se ejecuta automáticamente, será necesario configurar la BIOS o seleccionar el CD-ROM como dispositivo de inicio según los casos. Cada modelo posee una interfaz específica y resultaría imposible documentar toda la gama de gestores de configuración, sin embargo, si nos dejamos llevar por la intuición, el proceso es bastante sencillo.
Para ello, al conectar el equipo y en cuanto empiezan a aparecer los primeros mensajes pulsamos la tecla "Pausa" con lo que el proceso de arranque se detiene y podremos ver lo que aparece en pantalla con tranquilidad. Esto hay que hacerlo rápido pues los mencionados mensajes son visibles unos pocos segundos. Si no conseguimos detener el proceso de inicio bastará con que nos fijemos atentamente en la pantalla inicial. Al pie de esa pantalla suele encontrarse una línea parecida a ésta: "Press F12 to select boot device". Esto significa que durante los segundos que permanece visible esta línea pulsando la tecla [F12] se accede al menú que nos permitirá seleccionar el dispositivo de arranque.
Si pulsamos entonces [F12] veremos un menú desde donde se puede seleccionar el dispositivo de arranque. Utilizando las flechas del teclado seleccionamos CD-ROM y pulsamos la tecla [Intro]. Si trabajamos de esta forma, sin hacer cambios en la BIOS, tendremos que repetir este proceso cada vez que queramos arrancar desde el CD-ROM.
Como ya hemos comentado esto puede ser distinto en su equipo. Puede que en su caso tenga que pulsar la tecla [ESC] o cualquier otra. Tal vez su equipo no permite este tipo de arranque o aunque lo haga quiere hacer los cambios permanentes, en ese caso tiene que configurar la BIOS. Para acceder al menú de configuración de la BIOS tenemos que pulsar la tecla adecuada. Según los casos ésta puede ser: [DEL], [Supr], [Insert], [Esc], [F2], [F1], [F10] o cualquier otra tecla de función.
En concreto buscaremos una entrada similar a "Advanced BIOS Features" o "Boot" y seleccionaremos esta opción desplazándonos, generalmente con las flechas del teclado, para entrar en el correspondiente submenú.
Por último, guardamos los cambios y salimos del programa de configuración. Hemos de insistir en que el aspecto del menú puede variar en función del tipo de placa y de la utilidad de configuración que se encuentre en nuestro ordenador, sin embargo el proceso es similar para todas las placas base actuales y no presenta ninguna dificultad.
En general es una buena costumbre fijar los parámetros de arranque de la BIOS desde unidades externas. Esto nos permitirá acceder a nuestro sistema sin que esté en funcionamiento y recuperarlo de posibles errores causados por algún virus informático o sencillamente por un mal funcionamiento del dispositivo físico.